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La energía del Cocoliche, uno de los lugares más emblemáticos de la escena musical de la Ciudad de México, se elevó a niveles insospechados con el concierto del colectivo Zebra. Esta semana, la «Noche de cantautores» fue aún más especial, ya que contó con dos invitados de lujo al cerrar el concierto: el maestro Francisco Téllez y el talentoso músico italiano Paolo Marcellini.
Desde el primer acorde, los asistentes quedaron atrapados en un torbellino de sonidos exquisitamente ejecutados. Los solos magistrales y la perfecta armonización del gran Chato Morán dejaron boquiabiertos a todos los presentes. Cada nota, cada ritmo, cada melodía fue tejida con maestría, llevando al público en un viaje musical que despertó emociones y sensaciones indescriptibles.
El colectivo Zebra, conocido por su innovador enfoque sonoro y su capacidad para fusionar géneros musicales de manera magistral, nos regaló una noche inolvidable en el escenario del Cocoliche. Este grupo de artistas multidisciplinarios está liderado en la voz por Gaba Rivera, en el piano por Pepe Morán, en el saxofón por Ottis Ganceda, en la batería por Edy Vega, Edgar de la Torre en la guitarra, Israel Tlaxcaltécatl en la trompeta y en el bajo Aldo Núñez; todos reconocidos músicos por su creatividad y talento, que han desplegado su huella en la escena musical con actuaciones únicas y cautivadoras, acompañando a los artistas más importantes de nuestro país, con representatividad internacional.
Pero la magia no se detuvo sólo en la música. La cantante Gaba Rivera se adueñó del escenario con su poderosa voz y su capacidad escénica deslumbrante. Con cada interpretación, logró transmitir la pasión y la intensidad de las letras, envolviendo a todos en una atmósfera de entrega y complicidad.
El entendimiento entre los elementos del colectivo fue evidente en cada compás. La comunicación fluida y la química musical entre ellos generaron una sinergia única, que se tradujo en un espectáculo de primer nivel. Cada miembro del colectivo aportó su talento y su estilo, pero fue imposible no destacar para el baterista Edy Vega; su destreza y versatilidad en la percusión fueron admiradas por todos los presentes, y su trayectoria impecable hablaba por sí misma. Una noche en que celebraron su cumpleaños.
La participación del maestro Francisco Téllez fue un momento especialmente memorable. Considerado el maestro de maestros del jazz, Téllez ha dejado una huella indeleble en la escena musical. Durante más de tres décadas, trabajó en la Escuela Superior de Música, donde fundó la Licenciatura en Jazz, siendo pionero en México. Su dominio del piano y su creatividad ilimitada lo convierten en un referente inigualable.
Cabe mencionar que el maestro Téllez fue inmortalizado por el reconocido cineasta chileno Alejandro Jodorowsky en su película Fando y Lis, en la escena del piano ardiendo, basada en la obra del patafísico Fernando Arrabal. Este hecho resalta la influencia y el legado del maestro Téllez en la música y las artes.
La noche culminó con la participación de Paolo Marcellini, quien agregó su talento italiano al escenario; su virtuosismo en el bajo y fraseo resultaron en un cierre memorable en trío con Téllez y Vega.
La combinación de talento, pasión y maestría de cada uno de los músicos en el escenario creó un espectáculo inolvidable. Fue una noche en la que la música trascendió barreras y conectó a los corazones de todos los presentes, entre el público se encontraban también reconocidas figuras de la cinematografía, el jazz y la literatura, como la contrabajista Marie Anne Greenham, el internacional Balo Bucio y el actor Gerardo Osnaya, entre otros,
TERRAZA 