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- Poco antes de las once de la mañana del lunes 17 de febrero de 2025 se dio a conocer el fallecimiento de Francisca Viveros Barradas, a los 77 años de edad, cuyo nombre artístico, Paquita, la del Barrio, dio voz al hartazgo femenino hacia todos los abusos masculinos: los sexuales, los económicos, los morales. Con una franqueza punzante y reivindicadora, la cantante de la colonia Guerrero de Ciudad de México se convirtió en la venganza cantada contra los inútiles, las ratas de dos patas y aquellos que la tienen muy chiquita.
Por Arturo Mendoza Mociño
Nadie en todo México sabe quién es la rata de dos patas, pero todas las mujeres de este melodramático país, de todas las edades, de todas las clases sociales, han sufrido por un roedor así. Tampoco nadie de las féminas fanáticas de Paquita, La del Barrio sabe quién fue el primer inútil, pero todas, y todas son todas, han mantenido a sorditos encajosos.
Hacia las diez de la mañana de este lunes 17 de febrero del 2025, la cuenta oficial de la intérprete de «Rata de dos patas» y «Tres veces te engañé», anunció:
«Con profundo dolor y tristeza, confirmamos el sensible fallecimiento de nuestra querida Paquita la del Barrio, en su hogar en Veracruz, siendo una artista única e irrepetible, que nos dejará una huella imborrable en el corazón de todos los que la conocimos y disfrutamos de su música».
Hasta ahora se sabe que Paquita murió mientras dormía tras una larga convalecencia por una trombosis pulmonar. A la una de la tarde de este lunes, en la «Casa de Paquita» en la colonia Guerrero, ubicada en las calles Luna y Zarco 222, apenas si había movimiento quizás porque todavía se está asimilando su partida. Un solitario camarógrafo levantaba unas cuantas imágenes y los vecinos declinaban hacer comentarios sobre este espacio que se engalanaba por las noches con la voz de la veracruzana que llegó a este rincón de Ciudad de México para hacerlo por siempre suyo en 1978.
Con más de 40 álbumes de estudios a cuestas, nominaciones a premios internacionales como los Billboard Latinos, «Paquita la del Barrio» forma parte la cultura del esfuerzo que distingue a este barrio bravo de la capital mexicana, colindante de Tepito, y de donde han surgido otras figuras como la argumentista de historietas Yolanda Vargas Dulché, el actor cómico Mario Alfonso Moreno Reyes «Cantinflas», el compositor del cine mexicano Manuel Esperón, el compositor humorístico Salvador Flores Rivera, mejor conocido como “Chava” Flores, el rockero Saúl Hernández y el escritor Alejandro Cárdenas San Antonio.
La historia amorosa de la ahora llorada cantante es un clásico melodrama mexicano. Tras el trago amargo de su primer amor con un hombre casado, con quien procreó gemelos, la cantante le dio una nueva oportunidad al amor. Esta vez fue con Alfonso Martínez, con quien estuvo casada hasta el día de su muerte en 1997, y con él tuvo a su tercer hijo. Y quizás por tanto dolor vivido, aunado a su voz potente, canciones llenas de sentimiento y desamor, «Paquita la del Barrio» terminó convirtiéndose en «Paquita la de la Colonia Guerrero»: por brava, por entrona, por cantar sin pelos en la lengua, porque «tres veces te engañé…
La primera por coraje
La segunda por capricho
La tercera por placer…»
Con canciones como “Me saludas a la tuya” y “El consejo” redondeó su compromiso con la defensa de los derechos femeninos y su oposición a las injusticias de género.
Los achaques de la cantante gestaron tsunamis de reacciones más de una vez. Durante la pandemia Covid 19, en 2021, fue hospitalizada por neumonía y trombosis pulmonar.
Una cascada de dolencias le siguieron a esas afecciones en la ciática, los riñoñes y con la diabetes. Su cansado cuerpo también sufrió con crisis respiratorias que la llevaron a terapia intensiva y a usar silla de ruedas en sus últimos conciertos.
En 2017, Sony Pictures Television y Teleset produjeron una serie sobre su vida que fue protagonizada por Andrea Ortega-Lee, en un elenco que incluyó a Erick Chapa, Miguel Ángel Biaggio, Lambda García, Sofía Garza, Marcia Coutiño y Gloria Stálina.
Desde hace varios años, de manera esporádica, iba a cantar a su casa en la colonia Guerrero, pero hoy, en el día de su partida, ese rincón de la canción mexicana estaba en desolador silencio a pleno sol de febrero.
TERRAZA 