Adiós a Carlos Blas Galindo Mendoza, crítico de arte 

La apostura de Carlos Blas Galindo, con caireles que caían libres sobre la espalda, barba selvática y un dandismo en el vestir, era su primera carta de presentación, luego su verbo envolvente se encargaba de explicar los qués que siempre despierta la belleza en todo aquel que la observa por primera vez. Con ese ímpetu escribió docenas de libros.

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Galindo Mendoza se destacó por su capacidad crítica y su habilidad para desentrañar los componentes estructurales y compositivos de las obras artísticas. Crèdito: Beto Adame.
El también curador y académico, cuya desaparición fue reportada el pasado sábado 8 de marzo, fue encontrado sin vida este lunes 10 de marzo

Por Arturo Mendoza Mociño

Carlos Blas Galindo Mendoza fue uno de esos genios generosos que compartió saberes y no contados secretos con aquellos reporteros que escribían en la sección cultural del diario Reforma después del año de 1993 del siglo pasado.

Lucía Carrasco, Silvia Isabel Gámez, Dora Luz Haw, América Juárez, María Luisa López, Blanca Ruiz, Adela Salinas, Antonio Bertrán, Juan Carlos Garda, Francisco Santiago y quien estas memoriosas líneas escribe, escuchábamos arrobados sus paseos gozosos por el arte de México y las tendencias estéticas de aquel mundo empapado de postmodernismo y del provocador del momento encarnado en la autopromoción de sí mismo: Jeff Koons.

No existía Avelina Lesper ni ella usaba todavía ese nombre de guerra. Carlos Slim tenía apenas una diminuta muestra de su vasto coleccionismo al sur de Ciudad de México en Plaza Loreto. Francisco Toledo daba sus primeros frutos museísticos con el IAGO y el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo en Oaxaca. Y la colección Jumex de arte contemporáneo usaba vastas y altas bodegas en Xalostoc, Ecatepec, para empezar a mostrar algunos de sus tesoros. 

En aquella última década del siglo pasado la crítica de las artes visuales estaba atrapada en un academicismo críptico en las plumas de Teresa del Conde, Jorge Alberto Manrique y Oliver Debroise, mientras que Carlos Blas Galingo y José Manuel Springer fungían como esos rebeldes que con una prosa clara, directa e intensamente sensual contaban el arte como un deleite para todos y en todo momento. 

Su apostura con caireles que caen libres sobre la espalda, barba selvática y un dandismo en el vestir, era su primera carta de presentación, luego su verbo envolvente se encargaba de explicar los qués que siempre despierta la belleza en todo aquel que la observa por primera vez.

Con ese ímpetu escribió docenas de libros, entre los que destacan Enrique Guzmán. Transformador y  víctima de su tiempo y Reynaldo Velásquez. Penilunio

En 2007 ingresó a la Academia de Artes de México. De 2004 a 2012, dirigió el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura; centro del que fue profesor. 

Galindo Mendoza nació en la Ciudad de México en 1955. Además de ser investigador, crítico de arte y académico, fue curador y artista. 

La participación de Carlos Blas Galindo Mendoza, como informó el diario El Universal el lunes 10 de marzo del presente año, estaba confirmada para la presentación que este miércoles 12 de marzo se llevaría a cabo en el Museo de la Ciudad de México, a las 17:00 horas, para hablar de Melecio Galván. Pulsión creativa junto a Alberto Hijar, Adriana Malvido y Amaranta Galván, quien es la encargada de custodiar la obra del artista Melecio Galván.

La desaparición de Carlos Blas Galindo fue reportada a través de redes sociales por Erika Rascón, la mamá de sus hijos Emilio y Leonardo, quien perdió comunicación con el crítico de arte el pasado sábado 8 de marzo. La tarde del lunes 10 de marzo dio una noticia que entristeció al ámbito cultural mexicano: 
«Agradecemos infinitamente todo el apoyo para encontrar a nuestro amado Carlos Blas Galindo Mendoza. Ha sido muy reconfortante saber todo el cariño que hemos recibido hoy y siempre. Con profundo penar les comunico que mi amado Carlos- Blas ha fallecido. Nos tomamos un espacio a partir de este momento y les mantendremos en comunicación para los protocolos conducentes», escribió Rascón en su muro de Facebook. Así terminó una búsqueda en hospitales y a través de redes sociales. Este martes fue velado en la colonia Doctores en Ciudad de México. Descanse en paz.

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