
El próximo 25 de agosto se llevará a cabo la exposición pictórica de la obra reciente del pintor Alberto Penagos en la Galería Celda Contemporánea del Claustro de Sor Juana, en la Ciudad de México.
En entrevista con Revista Terraza, Penagos dijo que «el eje de la muestra Mirar el tiempo es ver cómo transita la mirada del pintor a lo largo de una época y también a lo largo de la ejecución de una obra».



Revista Terraza (RT): ¿Por qué la mirada?
Alberto Penagos (AP): Creo que, en principio, es uno de los sentidos más importantes que tenemos los seres humanos; creo que es un canal para formar una interpretación del mundo, de la vida en general. Y para el pintor, cobra más relevancia porque uno genera, totalmente, toda la producción a partir de la vista y creas objetos o elementos que después son también concebidos a partir de este medio, independientemente de que se puedan integrar otros más, pero son objetos visuales completamente.
RT: Y el tiempo, ¿qué papel juega en la exposición?
AP: El tiempo es ver cómo ha evolucionado a través del paso de los años mi producción, en particular. Y cómo cada obra, que tiene su propio tiempo de ejecución, se va desarrollando, cómo va evolucionando de una idea primaria a la obra final.
En general, mi obra tiene como elemento medular la figura humana; es una pintura figurativa. En el caso de esta exposición en particular, la mayoría de los cuadros son figuras individuales; un solo personaje que dialoga consigo mismo. Son personajes muy interiorizantes, están muy ensimismados. Y el diálogo, refiriéndonos al título, con el espectador viene a partir del cruce de miradas entre el personaje y el espectador porque, en muchas de las obras, los personajes están viendo hacia el frente o tres cuartos, entonces, te invitan a ser parte de la obra.
El tema de la exposición y el por qué están muchos personajes viendo hacia el frente es porque se genera, obviamente el diálogo, pero la intención es hacer que el público, el espectador, sea otro personaje de la obra, que forme parte, que haya un diálogo entre el personaje solitario que está plasmado en el cuadro o en el dibujo, en la obra pictórica, y el espectador.
RT: ¿Qué puede ver el espectador a través de tu mirada?
AP: Depende de cada quién. Yo creo que todas las obras son espejos de la gente… Ahí es justamente donde se completa el diálogo y la comunicación: el espectador proyecta algo de sí mismo en la obra y se hace un diálogo. Y ¿qué veo yo? Hay diferentes fuentes de donde sale la obra. Por ejemplo, me gusta mucho la mitología en general. En esta exposición hay cuadros que están directamente relacionados con la mitología griega, sobre todo.
Hay otras que no necesariamente están relacionadas con los mitos, sino más bien parten de una reflexión propia, tienen que ver con el tiempo. A mi me intriga mucho ese tema de cómo transita el tiempo en la vida misma, cómo somos cíclicos y tenemos -en cuestión de materia por lo menos- un principio y un fin. De ahí, caigo mucho en elementos que ocupo mucho para complementar las composiciones de la obra porque, regularmente, la figura humana es el eje central, el personaje principal, pero de ahí empiezan a surgir otros elementos alrededor que completan el diálogo, la metáfora, en la misma obra. Y después, el que cierra el candado es el espectador. Volviendo al tiempo, recurro mucho a los cráneos. Desde mi punto de vista, el cráneo es un elemento de permanencia: cuando el resto de la materia -principalmente en los seres humanos, o de cualquier animal- ya no existe, el hueso sigue quedando. Ese es en mi obra el significado que tiene este elemento. Voy jugando con estos pretextos para generar una idea que termina conformándose en los cuadros como los vemos.
En general, el hueso es una evidencia, es el rastro que dejas. Pero a mi principalmente (el cráneo) me gusta mucho como imagen, visualmente me gusta mucho su forma, se me hace de las partes óseas más expresivas, por eso recurro más a ese.
RT: ¿El tiempo te intriga?
AP: Sí. De una manera muy orgánica: cómo los elementos vivos de la naturaleza van siendo testigos y testimonios del paso del tiempo. Esa es la intriga… y el gusto.
RT: ¿El gusto?
AP: Sí. A mi me gusta eso, me llama la atención… Es más intriga: cómo uno va cambiando. Resulta que cuando concluye el ciclo, hay algo que sigue quedando: el hueso.




